Liderazgo, ¿influye o manipula?
Dios durante la creación les dio vida a las amebas y les instruyó: “Vosotros os reproduciréis por multiplicación”. Las amebas, porfiadas y contreras, respondieron: “no, nos reproduciremos por división”, “está bien, os multiplicareis por división”.
Un líder obtiene de las personas lo que desea o necesita, sin necesidad de imponerse agresivamente, ni de menoscabar la identidad del individuo. Hay una línea muy delgada entre influir y manipular. Hay personas que son expertas en esta última tendencia.
La diferencia entre influir y manipular, es de carácter moral. Se trata de una valoración moral que cada persona puede hacer, en base a sus propios principios y valores.
Influir lo podemos entender como el ejercer predominio o fuerza moral. A través de la influencia llegamos a la persuasión. Entendiendo por persuasión como el acto final por el cual deseamos influir en alguien para algo.
Manipular por su parte es intervenir con medios hábiles, en ocasiones arteros, distorsionando la verdad o la justicia y al servicio de intereses particulares.
La influencia por su parte es algo que ejercemos sobre los demás y como resultado la persona puede cambiar su punto de vista. Varias personas pueden estar ejerciendo influencia sobre alguien, y alguna persona pesará más que otra, pero finalmente quien toma la decisión es la misma persona en función del resultado que desea alcanzar y del ejemplo y confianza que tenga en quien influya más. La influencia otorga libertad de decisión a quien la ejerce.
Por otro lado tenemos la persuasión. Que es el fin que perseguimos cuando estamos influenciando a alguien. La persuasión es dar argumentos, realzar los beneficios de nuestra idea, aceptar otras ideas pero argumentar porqué la nuestra es mejor, de esta manera lograremos que la persona haga lo que nosotros queremos que haga.
Finalmente la manipulación, es usar cualquier artimaña para conseguir que una persona haga eso que nosotros deseamos. Aquí todo es válido, en la persuasión no.
Un líder no habla mal de otra persona, menos si ésta no está presente. Aquel que se dedica a hablar mal de otras personas, no nos está diciendo que él sea mejor, por el contrario, nos dice que no tiene nada bueno para mostrar y su única defensa es realzar lo negativo en las demás personas.
¿Qué caracteriza a un líder?
Son varias las virtudes que determinan en una persona su liderazgo.
Los líderes tienen un buen carácter y son íntegros. Esto les permite superar la prueba del tiempo. Dan resultados, con su ejemplo dicen, “si, es posible hacerlo, manos a la obra”. Ellos demuestran con hechos que la tarea es viable.
Son buenos comunicadores. Tanto puede hablar con la mesa directiva o accionistas sobre la producción y costos, como con el más humilde de sus operarios. Se adapta a las personas a la hora de comunicar una idea.
Son servidores. Entienden que el servicio está por encima de ellos mismos y están dispuestos siempre a prestarlo. También se permiten fluir y ser flexibles en su enfoque.
Siempre está enfocado en la meta final, no pierden el horizonte. Son proactivos, cumplen con sus objetivos, se muestran visionarios y en consecuencia son exitosos.
Un líder siempre tendrá los pies sobre la tierra, conocerá de su mercado, su competencia y de sus aliados. Está siempre bien informado, conoce su negocio y esto le permite tomar decisiones constantemente.
Se apropian del resultado, sobre todo si algo salió mal. No busca culpables, sino que se hacen responsables de lo sucedido, son autocríticos y están dispuestos siempre a rediseñarse para corregir un mal resultado. Si el resultado es positivo, comparte el crédito con toda su gente.
Un líder sabe que la planificación a largo plazo no es pensar en decisiones futuras, sino en el futuro de decisiones presentes.
Si tus acciones inspiran a otro a soñar más, aprender más, hacer más y ser mejores, entonces, eres un líder, decía Jack Welch.
Deja un comentario